Las imágenes pueden dar mucha idea de Los Infinitos nombres del diablo.
Unas reflejan la Barcelona en la que se desarrolla la novela:

Las de la Avenida de la luz, fueron unas emblemáticas galerías comerciales que discurrían por debajo de la calle Pelayo, la de Balmes, la de Vergara y parte de Plaza de Catalunya. Nació en el año 1940 y sus 175 metros de largo, por una anchura de 10 se llenaron numerosos establecimientos, sobre todo de joyerías. En el año 71, en el que aparece en la novela, su esplendor había decaído y se iniciaba su imparable decrepitud.


Tanto e bar, como el cine de la galería tienen que ver con los hechos que se relatan en la novela.

Uno de los asesinatos sucede en el archivo del Arzobispado.

La coctelería Boadas, lugar de encuentro de JB


Photography: Milagros Caturla / Tom Sponheim Collection
La Fuente de Canaletas en las Ramblas de Barcelona.